Me ha llegado una propuesta que considero está a escasos centímetros de la perfección. Se resume en dos simples pasos:
1) Poner la Corte de La Haya bajo el mando de un juez argentino. Eso permitiría adornarlo para que reconsidere el veredicto anterior y esta vez falle a favor de Argentina.
2) Poner el Banco Mundial bajo la presidencia de un argentino. Eso permitiría adornarlo para que le financie a Uruguay cualquier otra cosa que le compense las pérdidas económicas que provocaría la ida de las papeleras.
Lo que se dice el "uno-dos".
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